Amistad

La amistad como vínculo elegido es un valor trascendental en todas las etapas de la vida. Es una relación especial con características distintivas de otras relaciones. Desde pequeños se va facilitando que éstos vayan forjando sus primeros lazos de amistad, cobrando mayor preponderancia en la adolescencia, donde las relaciones con los pares se tornan de suma importancia; es así, como algunas personas tienen amistades desde su infancia que perduran a lo largo de su vida.

En las diversas etapas de la vida, el tener amistades es indicador de salud mental, por lo que significa su apertura, competencia en su elección y mantenimiento; así como el poder superar o manejar aquellas relaciones definidas como “tóxicas” o bien que causan malestar.

Los vínculos afectivos cercanos son importantes en todas y cada una de las etapas de la vida, desde la infancia hasta la senectud. Siempre son bienvenidos esos lazos sanos de amistad.

Etapa preescolar

Los niños pequeños comienzan a sembrar los primeros cimientos de amistad (conociendo y compartiendo) en la guardería, en el parque y en la comunidad en la que viven. Estas primeras relaciones son favorecidas por los padres o sus cuidadores a través del modelamiento de sus propias relaciones de amistad, o bien porque las eligen por ser una buena influencia, o por un beneficio determinado. Es en estos primeros años donde se establece la impronta de lo que van a ser los vínculos cercanos a futuro.  

Etapa escolar

Esta etapa se caracteriza por la entrada formal al proceso de escolarización, que trae consigo un mayor compartir con “otros” de la misma edad y diferentes a la familia. Aquí se ensayan esas primeras elecciones de “amigos/as”, por temas de afinidad, juegos o intereses compartidos.  

En la adolescencia

Diversos teóricos psicológicos han establecido que una tarea importante para el adolescente es la consolidación de la identidad, que es favorecida, en parte, por “el grupo de pares”. Las relaciones con los otros, con sus compañeros y conocidos, van a cobrar una relevancia especial y superior; en tanto que las relaciones familiares pasan a un segundo plano. Es en esta etapa donde los chicos establecen relaciones más intensas y buscan, con ahínco, la pertenencia. Estas relaciones de amistad favorecen las primeras relaciones amorosas.

En la adultez

En esta etapa se goza de mayor experiencia en el buscar, encontrar y mantener relaciones “amistosas”; que van a ser un reflejo del manejo que se dio en las etapas previas. Se es más selectivo para ese compartir. Se buscan amistades que aporten a la calidad de vida y sean gratificantes. 

El objetivo de una amistad sana debería ser el compartir y disfrutar con el otro o el grupo. Donde hay igualdad, apoyo y complicidad. Sin embargo, no siempre es así.

Diferentes investigadores han reconocido el valor de la amistad y su impacto en la salud física y psiquismo del ser humano; es así como las personas con sólidas relaciones de amistad reportan mejor calidad de vida, menores niveles de estrés, depresión y ansiedad; y un elemento importante como es el crecimiento mutuo.

Los verdaderos amigos son aquellos que forman parte de nuestra vida, están en las buenas y las malas y nos acompañan en el viaje que es la vida. 

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